Con el permiso de la Presidencia;

Mucho se ha criticado al Presidente de la República porque no suele viajar al extranjero y se le acusa de tener una visión corta, respecto a los asuntos internacionales y la presencia de México en el mundo.

No obstante, el Presidente, una y otra vez, ha recalcado durante su mandato, la idea de que la mejor política exterior es la interior y, congruente con los principios que enarbola su gobierno, ha acordado con otros países hermanos de la región replicar políticas y programas sociales destinados a generar desarrollo y combatir la insultante desigualdad que, como a nosotros, también los afecta.

Todo ello se ha hecho en el marco del respeto a la autodeterminación de los pueblos y teniendo siempre como guía, la obediencia al principio juarista de que "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz". Esta ha sido la base de nuestro actuar en el concierto internacional y ello nos ha permitido ganarnos la consideración de los demás países del mundo que ven a nuestro país como una nación neutral que jamás llevará a cabo actos de intervencionismo.

Quienes critican al Presidente de la República han puesto el grito en el cielo por su decisión de condicionar su asistencia a la Cumbre de las Américas en respuesta a la exclusión de dos naciones hermanas, sin embargo, esto no hace más que confirmar la congruencia de nuestro Presidente con sus principios y con aquello que ha venido sosteniendo en los últimos años, es decir, la importancia de invertir en desarrollo y no en armamento.

Son otros los que se contradicen cuando aplauden, por ejemplo, que Estados Unidos haya aprobado un apoyo de 40 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania a comprar más armas. En cambio, no dicen nada frente al hecho de que no haya prosperado la solicitud de nuestro gobierno de apoyar a los países centroamericanos con cinco mil millones de dólares a fin de impulsar el desarrollo y contribuir a evitar que sus habitantes emigren en busca de condiciones de vida digna.

Como es sabido, la Cumbre de las Américas, convocada por la OEA tiene como finalidad debatir sobre problemas compartidos, afirmar valores comunes y comprometerse a acciones concertadas a nivel regional para hacer frente a desafíos presentes y futuros que enfrentan los países de las Américas.

Por ello, es de suma importancia la participación de todos los países de la región, sin excepción alguna, porque todas las voces deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para poder alcanzar acuerdos que resuelvan los problemas comunes que afectan a la región.

Promover la prosperidad a través de la integración económica y el libre comercio, erradicar la pobreza y la discriminación en nuestro hemisferio, así como garantizar el desarrollo sostenible y conservar nuestro medio ambiente para las generaciones futuras. Estas deberían ser las verdaderas preocupaciones de la OEA y no excluir, por motivos políticos, a naciones hermanas.

Entendemos que aplaudan esa exclusión quienes están acostumbrados a ello, que son los mismos que le dijeron a un mandatario de Cuba "comes y te vas", a fin de no incomodar al gobierno de Estados Unidos. Este sólo hecho, vergonzoso y condenable, los pinta de cuerpo entero.

Finalmente, quiero referirme a otro tema trascendental sobre el cual se ha pactado esta agenda política y son los hechos relacionados con los controladores del tráfico aéreo en la Ciudad de México.

Aquí considero pertinente destacar que la situación derivada de los hechos acontecidos recientemente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ya está siendo atendida y para desdicha de los agoreros del desastre, aquellos a los que les gustaría que sucediera una tragedia, esto se está haciendo de manera responsable y oportuna entre el gobierno y las empresas involucradas, precisamente, para evitar un incidente lamentable.

Es cuanto.